Se imaginan que en Perú se reduzca la circulación de efectivo, se incremente el uso de tarjeta de débito, crédito, transferencias bancarias, como únicos medios de pago.
Con una medida de esta naturaleza, tanto las grandes empresas hasta los pequeños negocios, bodegas, panaderías se tendrían que adaptar, las remuneraciones de los trabajadores, los honorarios y cualquier tipo de pago a independientes tendría necesariamente que ser bancarizado y por consiguiente el uso de tarjeta de débito sería obligado, las personas no tendrían la necesidad de ir a un cajero para sacar efectivo. Los robos a bancos y personas disminuirán al no tener sus víctimas efectivo y de robar u obligar transferirles dinero, este sería rastreable. Cualquier tipo de transacción o también los conocidos cupos que pagan los informales por un lote en la calle a los supuestos municipales, no sería posible y tampoco ellos manejarían efectivo por sus ventas. Y qué decir de altos niveles a que hemos llegado de corrupción, los sobornos, las coimas, los aportes en efectivo de personas extrañas en las campañas electorales igualmente serían identificables.
¿No creen sería una forma tajante, de canalizar el circulante hacia medios formales, más controlable al ser mucho más detectable la ruta del dinero.?
Algunos pensarán, el Perú es un país con desarrollo tecnológico incipiente, donde la penetración del Internet es muy complicado pues hay zonas donde se carecen de servicios básicos de comunicación y luz, pero esta medida, lejos de aislar, forzaría a empujar el carro, haría que rápidamente las instituciones financieras, las empresas de telecomunicaciones y por supuesto el estado se pongan las pilas, se verían forzados a implementarlas, para que en un corto plazo se haga posible que en todo el país se restrinja el efectivo y solo algunas mínimas operaciones coyunturales queden.
El 2021 año del bicentenario, sería ideal para fijar un primer tramo de implementación, llegar al 60% y así avanzar un 10% cada año y para el 2025 cero uso de efectivo. Este sería una medida administrativa del estado, pero con un impacto social y económico que pondría en jaque el alto grado de informalidad que tenemos.
Al formalizarse y bancarizarse el universo de operaciones, generaría que una sería de actividades que hoy son informales, pasen a formar empresas legalmente constituidas y esto elevaría la empleabilidad de una serie de profesionales.
En un artículo de la BBC, se menciona lo siguiente:
En Holanda, los comercios, supermercados, panaderías han adoptado las tarjetas de débito como única manera de pagar
Dinamarca, los autobuses y hasta los vendedores ambulantes aceptan tarjetas y pagos a través de teléfonos.
Suecia, otro país con alto grado de eliminación de efectivo
Kenia y Tanzania en África, está el sistema telefónico de pagos llamado M-Pesa, a través del cual millones de personas cancelan servicios, reciben sus salarios, compran ganado e incluso hacen pequeñas compras en mercados locales.
En USA el uso del dinero plástico es intensa, de igual manera en países asiáticos, Australia.
En el país la Asociación de Bancos del Perú (ASBANC), presenta un informe al respecto:
La Revista Triodos:
Banca & Negocios